El paisaje de Ujué

El excepcional enclave de Ujué, situado en una de las cimas que componen la sierra del mismo nombre, constituye un lugar ideal  para la observación, en los días despejados se divisan desde la cordillera pirenaica al norte hasta las llanuras de la ribera del Ebro y la silueta del Moncayo por el sur.
La vegetación que podemos contemplar es de tipo mediterráneo, rodales de pino carrasco, matorrales con gran densidad de plantas aromáticas, pastizales donde todavía pastorean alrededor de 2500 cabezas de ganado ovino, todo ello salpicado de tierras de labor destinadas al cultivo del cereal, el olivo, el almendro y la vid.

En muchas ocasiones, estos espacios de cultivo trepan por el terreno en terrazas, adaptándose gracias a las mesetas sinuosas talladas por las tierras de labor a lo largo de los siglos.
Impresiona imaginar cuan grandes esfuerzos supondría para aquellos labriegos la realización de estas terrazas de cereal, disponiendo tan solo de primitivos aperos y animales de labranza.
La Sierra de Ujué forma una especie de apéndice desgajado del conjunto montañoso formado por las Sierras de Alaiz, Izco y Orba, extendiéndose en dirección Norte-Sur, desde la de Izco a Murillo el Fruto. Las aguas que caen a la sierra unas van al río Aragón y otras al río Zidacos y así la sierra hace de divisoria hidrográfica parcial.